LOCAL

JURADO DOÑA, V. y NOGUERA SÁNCHEZ, A. (1996). «Reseña histórica y manejo de los bosques del Campo de Gibraltar». Almoraima (15), págs. 99-106.
Aunque existen ya algunos datos sobre la incidencia de las actividades humanas en los ecosistemas de clima mediterráneo, es probablemente a partir de la Edad media cuando comienza un impacto que se va a prolongar y a acentuar a lo largo de los siglos, aunque restringido desde un punto de vista territorial.

RIQUELME SÁNCHEZ, J. (1995). «El pintor Julio Serrano (La Línea1929-París 1968)».Almoraima (14), págs. 109-113.
la prematura muerte de Julio Serrano dejó lamentablemente inconclusa una espléndida carrera plástica; sin embargo su nombre pertenece, por derecho propio, a esa nómina de pintores campogibraltareños que tanta gloria habrían de dar al quehacer artístico de nuestra comarca en un pasado más bien reciente que todavía perdura en la memoria de nuestro pueblo.

ROMO PARRA, C. (1995). El Peñón de tantas culpas: Mito y emblema del discurso desarrollista en el Campo de Gibraltar (1964-1967)».Almoraima (14), págs. 77-85.
El giro en política económica de 1959 introdujo en nuestro país la promesa de un cambio cuantitativo y cualitativo de las condiciones de vida de los españoles.

PARDO GONZÁLEZ, J.C. (1995). « Campo de Gibraltar: Provincia final».Almoraima (14), págs. 39-52.
Antes de nada he de decir a os que se hayan acercado a la lectura de este artículo buscando un tema de política actual, que a pesar de la aparente actualidad del título lo que a continuación sigue es un trabajo de Historia

Regueira Ramos, J. (1995). «Frontera agua y poder en el valle del Guadiaro».Almoraima (13), págs. 473-483.
En los últimos tiempos se están manifestando en nuestra comarca, por diferentes colectivos, opiniones de insatisfacción con el status político-administrativo de la comarca. para solucionarlo se proponen diversas fórmulas que van desde dotar de mayor contenido político a la Mancomunidad de Municipios, hasta la segregación de la provincia de Cádiz y la creación de la novena provincia andaluza.

Muñoz Pérez, A. (1995). «Don Ramón Gabriel Moreno, corregidor del Campo de Gibraltar».Almoraima (13), págs. 291-302.
Cualquier reflexión sobre la figura de D. Ramón Gabriel Moreno debe hacerse desde una detallada recreación histórica, del estado y situación de la administración local en la época que le toca vivir: el siglo XVIII.

Vicente Lara, J.I. de. (1995). «Representación para la erección de la nueva población de Gibraltar en el sitio de las Algeciras: 1714-1717». Almoraima (13), págs. 203-213.
El 13 de julio de 1713 se firma el Tratado de Utrecht que pone fin a la Guerra e Sucesión española y consolida la ocupación británica de Gibraltar.

BENADY, T. (1995). «Las querellas de los vecinos de Gibraltar presentadas a los inspectores del ejército británico en 1712». Almoraima (13), págs. 203-213.
El 4 de agosto del año 1704, Jorge príncipe de Hassia (o Hesse) nombró a su adjunto, el conde de Valdesoto, gobernador de Gibraltar

GUTIÉRREZ ALONSO, L.C. y VICENTE LARA, J.I.DE. (1995). «Felipe V comunica al cabildo catedralicio de Guadix la pérdida de Gibraltar». Almoraima (13), págs. 191-195.
No había transcurrido ni siquiera un mes desde que las tropas aliadas habían tomado la plaza de Gibraltar, cuando la católica majestad de Felipe de Borbón-Anjou dirige, a través de su secretario Pedro Cayetano Fernández de Campo, a los señores Deán y Cabildo de la Santa y Apostólica Iglesia Catedral de Guadix, la siguiente carta, en petición de fondos con destino a la campaña gibraltareña que ya estaba preparando.

Gozalbes Bustos, G. (1995). «Gibraltar y el Estrecho en el relato de un viajero alemán: (siglo XVI)». Almoraima (13), págs. 175-181.
Un viajero alemán, Diego Cuelbis, o Cuelvis, puesto que se escribe de ambas maneras, natural de Leipzig, realizó un viaje por España en 1599, finalizando el siglo.

Gozalbes Cravioto, C. (1995). «La costa del Campo de Gibraltar en los portulanos medievales». Almoraima (13), págs. 163-173.
Los portulanos medievales constituyen unas fuentes documentales, no desconocidas, pero sí olvidadas en los estudios del territorio.

Castillo Navarro, L.A. de.(1995). «La tésera y las monedas ibéricas, hispanorromanas y romanas del Museo de Gibraltar». Almoraima (13), págs. 131-136.
En el verano de 1987, durante el mes de agosto, estudié y clasifiqué numismáticamente la tésera y las cuarenta y una monedas antiguas, que integraban el primer fondo numismático del Museo de Gibraltar.